En la Sala Ercilla de la [!N:www.bn.cl [!b:Biblioteca Nacional]], se llevó a cabo la presentación del índice Global de Corrupción, de la ONG Chile Transparente, organización de la sociedad civil que lidera la lucha contra la corrupción, con representaciones en más de 90 países alrededor del mundo. En la oportunidad, la máxima autoridad de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Nivia Palma, agradeció que se escogiera a una institución de la Dibam para presentar el informe, donde nuestro país obtuvo el mismo puntaje que en el año 2005, 7,3 puntos, pero subió del lugar 21 al 20 por la pérdida en el ranking global de Estados Unidos. "La Biblioteca Nacional es parte y símbolo de la historia de nuestra República y nos pertenece a todos los chilenos y chilenas", señaló Nivia Palma, agregando: "en este espacio físico y simbólico están representados los grandes momentos de nuestro desarrollo institucional y cultural, como también los momentos de crisis económicas y sociales, institucionales y políticas, tanto en el siglo XIX como en el siglo XX". Davor Harasic, presidente del capítulo chileno de Transparencia Internacional, manifestó su preocupación por el estancamiento que nuestro país presenta en materia de corrupción. Al respecto señaló que situación "debe entenderse como un llamado de alerta, tanto para las autoridades y organismos públicos como para el sector privado y la ciudadanía en general. No podemos conformarnos con mantener nuestro nivel de corrupción, sino que debemos esforzarnos para mejorar nuestros niveles de transparencia". La DIBAM, según señaló su directora, más allá de estar conciente de la obligación ética de mejorar permanentemente sus procedimientos para cumplir eficiente y eficazmente con la misión de servicio a la sociedad chilena; tiene el honor de haber recibido estos dos últimos años, y de manera consecutiva, el Premio a la Excelencia Institucional, que otorga el Estado a las instituciones públicas. "Por ello, sentimos que la transparencia, honestidad y rectitud en el servicio público es una cuestión central para el desarrollo de nuestra sociedad. Estamos ciertos que la inmensa mayoría de los funcionarios públicos somos personas honestas y rectas, lo que representa un capital que debemos cuidar como país. Pero, también, estamos convencidos que no debemos perder nunca la capacidad de asombro y rechazo a aquellas conductas indebidas, deshonestas y corruptas de algunos funcionarios públicos. Justamente la reacción de indignación ante la corrupción es una señal de que la sociedad chilena básicamente es transparente y considera un valor la honestidad", afirmó.