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LA PRESENCIA DE GUILLERMO KUITCA

MNBA: "Obras Puntuales"

LA PRESENCIA DE GUILLERMO KUITCA

Publicado el 27/03/2006
La amplitud de su obra, la variedad de sus formatos y técnicas, y su capacidad constante de reinvención han llevado al argentino a ser reconocido como uno de los más originales y versátiles artistas latinoamericanos de hoy. La muestra estará a disposicón del público hasta el domingo 21 de mayo.

"Veinte años no es nada", dice el tango. Sin embargo, [!b:Guillermo Kuitca] dice "ser otro y varios otros" desde que visitó Santiago en 1987 integrando una muestra colectiva del vecino país. De aquella ocasión recuerda muy poco, "estuvimos toda la semana emborrachándonos, haciendo travesuras en la embajada", acota distendidamente. Hoy, uno de los artistas argentinos más reconocidos en la escena mundial vuelve a Chile para presentar sus últimos trece años de trabajo en una exhibición en el [!N:www.mnba.cl Museo Nacional de Bellas Artes] y en EspacioAbierto de la Fundación BankBoston. [!b:Primeros trazos] Su vida ha estado marcada por la pintura. Nacido en Buenos Aires, en 1961, Guillermo Kuitca ya a los cuatro años hojeaba la colección de arte "La pinacoteca de los genios".. Más tarde, al evidenciar sus padres el interés de Guillermo por el arte, ingresó de nueve años a los talleres de Ahuva Szlimowicz: "parte de mi infancia, toda mi pubertad y mi adolescencia. Cuando salí de allí ya era todo un pintor. Tenía dieciocho años, había expuesto mis cuadros y hasta daba clases", recuerda. En 1980 viaja a Wuppertal, al sur de Alemania, con la meta de conocer a Pina Bausch y su compañía de danza y teatro."Absorbí lo que veía, sin aprender algo específico", cometa de la experiencia. El viaje propicia nuevas creaciones, en 1984 fue director de la obra de teatro "El mar dulce". Esta obra es para Edward Shaw, curador de "Obras Puntuales", una "pista clave para entender la iconografía del artista." Kuitca utiliza en la escenografía, una imagen proveniente del Film El Acorazado Potemkin (1925) de Sergei Eisenstein, en que el coche de un bebé cae por una escalinata de la ciudad de Odessa. Desde entonces el cine y el teatro se transformarán en referentes ineludibles para su trabajo plástico. De hecho, dos años más tarde, pinta Sin título, 1986, en que la imagen del coche se reitera, convirtiéndose en el referente central de su primera serie: Mar Dulce. En este sentido, dice no interesarse en el cine en cuanto formato, sino que "es la detención del movimiento, un fotograma en particular", quien en Kuitca gesta otro universo fuera del celuloide. El final de los ochenta fue prolífico, "Guillermo hacía cuadro tras cuadro, manteniendo un intenso ritmo de producción, viajando desde el cosmos hasta la cama, ida y vuelta.", comenta Shaw. En esta etapa logra consolidarse atrayendo la mirada del exterior. Y en los 90, tras el respaldo de la crítica internacional, debuta en la galería Aninna Nosei de Nueva York. En adelante, aunque desarrolló su carrera desde su ciudad natal, se multiplican las exposiciones colectivas e individuales en connotadas galerías internacionales, figurando en las prestigiosas colecciones públicas y privadas de The Tate Gallery de Londres, MOMA y Metropolitan Museum, de Nueva York. [!b:Señales de mapa] Pero no sólo el cine y el teatro nutren la obra de Kuitca, su relación con la música también se hace presente. En "Hold Me Tight" 1989, incorpora en la pintura las coplas finales de una canción de Paul McCartney; y en "The Ring", 2002, pinta tapas de discos de composiciones de Richard Wagner, en una serie de paneles, que para él no son obras sonoras. "Si bien lo que ves son tapas de disco, detrás de eso resuena un teatro y también la gran cantidad de planos de salas teatrales...", comenta Kuitca. El motivo de las salas teatrales, se reitera en sus obras "Teatro Colón", "Teatro Real Madrid", "La Scala", "El Liceo", todas del 2002, donde Kuitca representa teatros a escala reducida, dando cuenta de cada una de las butacas, trasladando el espacio a otro escenario que se realiza en su pintura, que para algunos críticos es una metáfora de la transitoriedad humana. En este sentido, en su obra se puede observar salas de teatro, camas, tapas de discos, sillas, mapas, celdas de cárcel, compuestas desde un ángulo panóptico, "desde algún punto del firmamento", como acota Shaw, y agrega, "no ve las cosas que pinta de igual a igual, como hombre plantado en la tierra; sino desde la perspectiva de pájaro en vuelo." [!b:"Sin título", 1992] Una de las obras más celebradas de Kuitca es su instalació