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NUEVO SANTUARIO DE LA NATURALEZA AUMENTA PULMÓN VERDE

De Santiago:

NUEVO SANTUARIO DE LA NATURALEZA AUMENTA PULMÓN VERDE

Publicado el 17/08/2010
Horcón de Piedra forma parte del denominado Central Chile Hotspot, uno de los 35 Biodiversity Hotspots del planeta, lugares de especial interés por la riqueza de su biodiversidad a nivel mundial.

El Consejo de Monumentos Nacionales aprobó la declaración de un nuevo santuario de la naturaleza dentro de la ecorregión mediterránea de Chile Central, considerada entre de los 35 lugares más significativos del mundo para concentrar esfuerzos de conservación de la biodiversidad (hotspots). Se trata de "Horcón de Piedra", ubicado en el Cordón de Cantillana, al sur oriente de la Santiago, en la comuna de Melipilla.



Horcón de Piedra se sumará a Altos de Cantillana, declarado al Santuario de la Naturaleza el 30 de diciembre del año pasado. El secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, óscar Acuña, destacó la relevancia de proteger otro santuario de la naturaleza, dentro de un predio privado en los Altos de Cantillana, "este es un 'pulmón verde' de la capital y uno de los últimos reductos de biodiversidad de Chile Central, donde aún se conservan algunas áreas en estado prístino. Me atrevería a decir que la riqueza de su flora y fauna, más la singularidad de sus formaciones geológicas, le otorgan valor universal", sostuvo.



Ambos predios forman parte del Proyecto GEF Cantillana Conservación de la Biodiversidad en los Altos de Cantillana, Chile, sustentado en fondos internacionales, y destinado a reunir esfuerzos públicos y privados en pos del desarrollo sustentable del área. Estas iniciativas a su vez se enmarcan dentro del Sitio Prioritario para la conservación de la biodiversidad "Cordón de Cantillana".



La solicitud para que Horcón de Piedra fuese declarado Santuario de la Naturaleza fue presentada por sus propietarios, la Sociedad Agrícola Horconcura, cuyo representante legal es Helios Murialdo Laport.



Valor ambiental



Los ecosistemas presentes en la zona son únicos y específicos, con especies de flora y fauna endémicas y en categoría de conservación. Además, sus estructuras geológicas son singulares y constituyen complejos ecológicos reminiscentes del último período glacial.



Los bosques en estado maduro contribuyen a la absorción del dióxido de carbono (CO2) y por lo tanto permiten paliar la contaminación de la cuenca de Santiago. Por otra parte, ayudan al buen desarrollo del suelo, al favorecer la infiltración de aguas y la recarga de acuíferos.



Entre los más relevantes está el bosque esclerófilo o mediterráneo costero, que cuenta entre sus especies, quillay, boldo, peumo, litre, corontillo, bollén y tevo; además del matorral esclerófilo espinoso y xérico y varias bromeláceas, especialmente puyas, chupalla y cactáceas.



En el lugar se han detectado 168 distintas especies de flora, desde chagual hasta orquídea, con presencia de lingue, guayacán, roble de Santiago, arrayán blanco, belloto del norte y gran diversidad de alstroemerias.



Las especies animales suman 122, pero 34 de ellas tienen problemas de conservación, como el cururo (un pequeño roedor parecido al topo), la torcaza, el loro choroy, el lagarto gruñidor de Valeria, la lagartija esbelta y el matuasto, un lagarto propio de la zona y visto en muy escasas ocasiones.



El lugar ha tenido muy escasa intervención humana, no obstante, enfrenta amenazas para su conservación, debido a la basura que dejan algunas de las personas que acceden por el cerro y que podría provocar incendios forestales; los escombros provenientes de parcelas vecinas y la entrada ilegal de ganado vacuno.