Seminario de Pebre y la Biblioteca Nacional llama a conocer y preservar el patrimonio culinario nacional
Plateada en horno de barro, cazuela nogada, prietas y pernil, pastel de choclo y porotos con riendas. Ninguna de las personas que participaron en el Primer Seminario que Pebre, Corporación por las Cocinas de Chile, y la Biblioteca Nacional realizaron este 22 de agosto fue indiferente a las preparaciones que en palabras e imágenes sedujeron deliberadamente a los paladares del público.
Es que la invitación de los organizadores era a reflexionar sobre el patrimonio culinario de Chile, su identidad, gastronomía, vino, tradiciones y puesta en valor, en el contexto del Bicentenario de la Biblioteca Nacional, lugar donde se resguarda parte importante de este patrimonio y se trabaja día a día por recopilar las diversas expresiones que nacen en distantes lugares de nuestro país como lo hace el Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca.
Para este primer encuentro se convocó a distintas personalidades que tienen una especial relación con la gastronomía, el vino y la cultura popular: cronistas gastronómicos, cocineros, cantores y comunicadores quienes expusieron su experiencia y dialogaron a lo largo de cuatro mesas redondas bautizadas con gozosos nombres. La apertura del evento estuvo a cargo del chef Juan Pablo Mellado, presidente de Pebre y de Soledad Abarca, jefa del Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares, quienes agradecieron la convocatoria e interés por aprender y conocer más a fondo parte de la realidad culinaria del país.
Una de ellas, la mesa inaugural, se denominó "Crónicas Deleitosas" y estuvo a cargo de Mariana Martínez, periodista especializada en vinos y conductora del programa Reina de Copas de radio Universo; Alejandro Novella, director de televisión y productor del programa Recomiendo Chile de canal 13; y César Fredes, periodista, crítico enogastronómico y director de la revista Epicuro. Los profesionales debatieron sobre el rol de los medios de comunicación en la divulgación del acervo gastronómico y vitivinícola, instancia en la que hicieron hincapié en el conocimiento, especialización y pasión que se necesita para comunicar y difundir este legado.
La mesa "A Fuego Vivo" reunió a cultores de la cocina popular que han hecho de sus cocinerías criollas una tradición y un dato que pasa de boca en boca como recomendación de buen comer, beber y también vivir, porque es una cocina que transmite parte de la historia personal de cada familia que con dedicación y esmero ofrecen sus platos a los visitantes. María Elena Pinto de "La Pepita" de la localidad de El Monte; Gloria Quiroga y Juan Muñoz de "la Bodeguita de Muñoz" en San Esteban de Los Andes y José Luis Calfucura de la Cocinería Mapuche de Cerrillos deleitaron con la pasión y el entusiasmo con que narraron sus experiencias.
"El cariño del fogón está incrustado en la cocina", dijo José Calfucura, "una cocina que permite guardar tradiciones, tesoros que afortunadamente hemos podido compartir" agregó María Elena Pinto. O los platos que Gloria Quiroga y Juan Muñoz comían en su infancia y se animaron a compartir y rescatar para otras generaciones, muestran el valor que va adquiriendo este arte culinario y que muestra también la identidad de nuestro pueblo, con recetas que son secretos de familia y que rescatan la esencia de una comida hecha en lo íntimo para llegar a lo público, rescatando también las tradiciones familiares y populares de diferentes rincones del país.
En esta jornada también se debatió sobre la relación de la comida, la música y las letras a través las mesas "Sonido del Sabor" y "Palabras con enjundia" manifestando que la gastronomía local está también relacionada con un legado musical, artístico y oral que en conjunto le dan ese toque único que cautiva a cultores y amantes de la buena mesa siempre dispuestos a probar, rescatar y difundir recetas y preparaciones que son parte de nuestra identidad como nación.