El 14 de febrero al atardecer, a pocos metros de la históricamente romántica Quinta Normal, se celebrará el Día de los Enamorados en la [!N:www.bibliotecadesantiago.cl [!b:Biblioteca de Santiago]]. Los distintos amores cantados por la literatura serán compartidos entre velas y pétalos de flores, para que todas las parejas entusiastas puedan dedicarle versos y canciones a sus parejas. Durante el día, frases de amor se escucharán por las salas de la biblioteca anunciando el gran acto de la tarde. A las 18:30 horas, la Sala de Novedades recibirá a las parejas con mesas iluminadas con velas, pétalos de flores y libros para compartir. Entonces, quienes quieran dedicarle una canción a su pareja podrán hacerlo con el Karaoke del Amor y los que prefieran leer un verso contarán con textos especialmente seleccionados. En homenaje a estas demostraciones de pasión, se entregarán libros de regalo. Porque la Biblioteca de Santiago es un lugar propicio para compartir y son muchas las parejas que se han conocido en este lugar. Como Bryan Leiton y Génesis Mora, ambos de 17 años, que empezaron su pololeo entre los libros y computadores de la Sala Juvenil. "Salimos de la biblioteca -dice Génesis-, bajamos a la Sala de Exposiciones, empezamos a dar vueltas, ni nos mirábamos y ahí como que empezamos a leer un libro y revistas que eran de la misma exposición. Entonces él me miró y me dijo ¿te puedo dar un beso? y yo le contesté que sí". "Aquí nos conocimos -recalca Bryan- y eso igual es importante, como nuestro primer beso. Por ejemplo, lo contamos cuando nos preguntan cuánto llevamos. Desde el 30 de marzo del 2006, llevamos un año y diez meses desde ese primer beso. Yo no leo mucho, pero igual llevo libros. Ella es buena para la lectura, le encanta, siempre se lleva libros guatones". La tradición del Día de los Enamorados o Día de San Valentín, se remonta a la historia de Roma en el año 270 después de Cristo. En ese momento, el emperador Claudio II decidió prohibir el matrimonio en el imperio pues, según él, éste debilitaba el valor de los soldados. Sin embargo, la determinación fue ignorada por un obispo cristiano de nombre Valentín, que continuó casando a las parejas, por lo cual fue condenado a muerte y el santoral lo recuerda como el santo del amor.