Patrimonio a un clic: La valiosa labor de proteger los derechos de autor
El Departamento de Derechos Intelectuales del Servicio del Patrimonio Cultural, también conocido por la sigla DDI, tiene como misión gestionar el sistema público de registros relacionados con los Derechos de Autor y Conexos, promover la protección y difusión de tales derechos y conservar y preservar las fijaciones de las producciones intelectuales que conforman sus colecciones. Estas últimas, se componen de miles de obras literarias, artísticas y científicas que han sido creadas en Chile o el extranjero, habiéndose elegido a nuestro país para inscribirlas en tales registros e incorporarlas, debidamente protegidas a la actividad social, cultural y económica.
El DDI nació como tal en octubre de 1970 con la publicación de la Ley Nº 17.336 sobre Propiedad Intelectual, asumiendo desde entonces la labor registral que, anteriormente y desde los inicios de la República, estaba asociada a funciones propias de la Biblioteca Nacional.
En sus casi 50 años de existencia, destacadas personalidades han llegado a las oficinas del DDI a buscar protección para sus creaciones, quedando testimonio de aquello en sus depósitos, donde se encuentra gran parte de la riqueza creativa que han aportado y seguirán aportando, para el enriquecimiento de nuestro patrimonio cultural los autores, artistas, instituciones e industrias creativas. Entre ellas, encontramos las emblemáticas obras de Gabriela Mistral, Marcela Paz, Violeta y Nicanor Parra, Pablo Neruda o Víctor Jara quienes, personalmente o a través de sus mandatarios, llegaron hasta este departamento a registrar sus obras.
También conocido por las siglas DDI, este organismo, que hoy depende del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, es especialista en todo lo relativo a derechos de autor, derechos conexos y materias afines y el principal responsable en promover que autores y autoras protejan sus creaciones. Aquí se inscriben poemas, fotografías, canciones y hasta guiones de series televisivas, entre otras obras de diversa naturaleza.
En el DDI no sólo se resguardan algunos ejemplares de obras históricas, también encontramos otras cuya creación es más reciente y que forman parte de la memoria creativa de Chile, tales como reproducciones a tamaño real de la Gaviota y de la Antorcha de Plata del Festival de la canción de Viña del Mar, del papelito con el mensaje de los 33 mineros que dio la vuelta al mundo y fuera clave para su rescate desde las profundidades de una mina en Atacama o los guiones que sirvieron para producir el corto de animación Historia de un Oso y el largometraje Una mujer fantástica, ambas ganadoras de un Premio Oscar de la Academia.
Para dar a conocer algunas de estas obras históricas y aportar a las actividades de investigación, se llevó a cabo un trabajo colaborativo entre el DDI y la Subdirección de Investigación de nuestro Servicio para rescatar algunas composiciones musicales del compositor, pianista y director de orquesta español Manuel Jovés, fruto del cual surgió una colección digital que nos acerca a sus creaciones que lo hicieron célebre en Latinoamérica y Europa.
Similar iniciativa se desarrolló para recordar el legado del compositor nacional Osmán Pérez Freire como figura central de la música popular chilena de fines del siglo XIX y comienzos del XX, y de quien se puede recorrer una galería de imágenes que nos acercan a sus partituras y registros además de una serie de recortes de diario con artículos dedicados a su genio musical.
Un capítulo especial está dedicado a los registros femeninos de obras entre los años 1886 y 1925, periodo en el que la inscripción de obras por parte de mujeres representaba una tasa muy baja en porcentaje y mayormente en los ámbitos del arte, la literatura y las ciencias sociales.
En la edición N° 54 de la Revista Patrimonio de Chile, en su página 67 y siguientes se cuentan otras interesantes anécdotas asociadas a la inscripción de obras, como que el famoso cuento Papelucho de Marcela Paz fue inscrito al año siguiente de haberse publicado su primera edición o que la serie televisiva Prófugos que se transmitía en Latinoamérica por la señal HBO, le solicitó al Jefe del DDI que al inscribir y dejar copia de los capítulos no estrenados de la segunda temporada, éste los depositara en una caja fuerte contra fuego, en la que se resguardaban otros objetos patrimoniales, para evitar cualquier filtración de sus capítulos.
Para quienes tengan interés en inscribir obras y/o contactarse con el DDI, se informa que actualmente y en el marco de la emergencia sanitaria que vive el país, éste ha suspendido la atención presencial de público en sus oficinas, pero ha puesto en operación una nueva plataforma de atención por canales digitales, denominada Centro de Registro Integrados Nacionales (CRIN), para seguir atendiendo los requerimientos más urgentes de los autores, artistas, instituciones e industrias creativas a través de Internet. Para tales efectos, para acceder a los servicios de inscripción puedes ir a https://www.propiedadintelectual.gob.cl/sitio/Secciones/Servicios/Inscripciones/ o si requieres realizar consultas se ha dispuesto la casilla de correos propiedad.intelectual@patrimoniocultural.gob.cl.
¿Imaginabas qué tipo de objetos u obras se inscribían en este organismo? Te invitamos a conocer más de estas historias a través de los links que aparecen destacados en esta nota.