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YERBAS BUENAS REINAUGURÓ SU MUSEO HISTÓRICO

Tras importantes trabajos de restauración

YERBAS BUENAS REINAUGURÓ SU MUSEO HISTÓRICO

Publicado el 16/12/2011
Además de los trabajos de restauración, se sumaron la reparación de los daños producidos por el terremoto, y la recuperación de la planta y el aspecto original de la Casa. La insigne folclorista y amiga del Museo, Margot Loyola, facilitó a la institución una obra de Violeta Parra titulada "Árbol de la Vida", pintura sobre lona, de 1960.

Luego de realizar importantes trabajos de restauración arquitectónica y habilitación museográfica, el Museo Histórico de Yerbas Buenas en la región del Maule, reabrió hoy sus puertas a la comunidad.



La reinauguración contó con la presencia de la directora de la Dibam, Magdalena Krebs; la gobernadora provincial de Linares, María Eugenia Hormazábal; el Alcalde de Yerbas Buenas, Luis Guzmán Trujillo; el subdirector nacional de museos, Alan Trampe, y la directora del recinto museográfico, María Elba Gálvez, entre otras autoridades.



En su discurso, la directora de la Dibam, Magdalena Krebs, destacó que "desde el punto de vista arquitectónico, se implementó una propuesta cuyo horizonte es la puesta en valor de un edificio emblemático -la casa colonial que alberga al museo-, que pese a terremotos y el paso del tiempo, ha sido preservada para la posteridad. Y además de los trabajos de restauración, se sumaron la reparación de los daños producidos por el terremoto, y la recuperación de la planta y el aspecto original de la casa".



Por su parte la directora del museo, María Elba Gálvez, señaló que "con esta restauración y remodelación, el museo sigue vivo, moderno, pero lleno de nuestra historia y nuestras raíces".



Paralelamente a los trabajos de recuperación del emblemático inmueble, se renovó la oferta museográfica, luego de una minuciosa investigación de la memoria oral y escrita de los yerbabueninos, rescatando recuerdos, vivencias, formas de vida y creencias. Algunas de estas vivencias y colecciones se pueden ver en una pantalla táctil que reúne álbumes fotográficos familiares y textos fundacionales como "Yerbas Buenas, Linares y San Javier. Páginas de su historia", escrito por Reinaldo Muñoz Olave en 1911.



La Museografía


Las ambientaciones del Museo, se ubican en modernas vitrinas ovales cuyos cristales fueron traídos desde Florencia, Italia. Entre ellas se encuentran la sociabilidad en los salones de las casas de Yerbas Buenas; un dormitorio que representa la vida cotidiana; un ambiente de música, con un piano de 1844, más los instrumentos musicales de la insigne folclorista y amiga del museo la Sra. Margot Loyola, son parte de la museografía de la institución yerbabuenina.



Además, Loyola ha facilitado al museo una obra de Violeta Parra titulada "árbol de la Vida", pintura sobre lona de 1960, y que lleva la siguiente dedicación: "Para mi comadre "Maiga" en un noble gesto de amistad. En la Peña de los Parra, calle Carmen 340, Santiago".



Asimismo, el museo cuenta con un espacio de vida religiosa donde destaca el notable crucifijo de factura colonial americana, restaurado por el Centro Nacional de Conservación y Restauración de la DIBAM.



Otra línea argumental del museo, ha sido potenciar el tema de la Batalla de Yerbas Buenas (27 de abril de 1813), primera batalla de la Independencia Nacional. Se ha privilegiado su relato, que va en los muros, acompañado con imágenes y textos de sus protagonistas.



La reinauguración del Museo Histórico de Yerbas Buenas, es parte del Plan Nacional de Mejoramiento Integral de Museos Estatales, y fue sido financiado íntegramente con recursos sectoriales DIBAM con una inversión total de 106 millones de pesos.



Sobre el Museo Histórico de Yerbas Buenas



Ubicado en el pueblo de Yerbas Buenas en la Región del Maule, el edificio que alberga el museo es llamado "Casa del Brigadier Pareja", debido a que en ella se hospedó el brigadier el 27 de abril de 1813, ocasión en que los patriotas se dejaron caer sobre los españoles. Su edificio es el único testigo que prevalece de los albores de nuestra independencia y conserva hasta hoy las características de la arquitectura colonial rural de entonces: muros de adobe, piso de ladrillo cuadrado, cielo de coligue amarrado con cuero, vigas a la vista y techumbre de tejas de arcilla.