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CAZADOR DE SOMBRAS

Museo Histórico Nacional

CAZADOR DE SOMBRAS

Publicado el 08/02/2006
Edward Curtis atrapó con su cámara la dignidad ancestral de los indígenas norteamericanos. Una selección de sus obras se exhibe hasta el 20 de marzo en la Sala Gobernadores.

[!c:"Pocas imágenes han tenido un impacto tan grande en mi vida como una fotografía tomada por Edward Curtis en 1908 de mi tataraabuelo. Horse Capture está con nosotros en todos nuestros hogares (...) Su retrato no sólo nos recuerda a nuestra familia, sino que también fortalece nuestro compromiso, como indígenas, de enseñar a nuestro pueblo las tradiciones de nuestros ancestros".] [!b:George Horse Capture] Cuando el recuerdo de sus grandezas, creencias y costumbres comenzaba a desvanecerse, en los inicios del siglo XX, los pueblos originarios de América de Norte encontraron en las imágenes de [!b:Edward Curtis] una ventana donde refrescar la memoria de aquel pasado. La presente exposición, en el [!N:www.dibam.cl/historico_nacional/home.asp Museo Histórico Nacional], titulada [!b:Legado sagrado], perteneciente a la colección de Christopher Cardozo, da a conocer parte del extraordinario trabajo de este fotógrafo y etnógrafo estadounidense. Son 60 fotografías, la mayoría retratos: hombres, mujeres, ancianos y niños de miradas profundas, en actitudes solemnes, luciendo la herencia ancestral de sus atuendos. Rostros captados en toda su expresión, de los que, obviamente, Curtis no sólo quiso dejar un registro etnográfico, sino también aprovechar todas las posibilidades de la luz para dibujar la belleza de sus fisonomías. [!b:The North American Indian] es el proyecto más grande y exhaustivo que existe sobre el Oeste norteamericano, y fue plasmado en una publicación de 20 tomos, que incluye textos, entrevistas, fotografías y cilindros de cera con frágiles archivos sonoros de voces y música, que registran la vida de unas 100 tribus indígenas, desde los esquimales de Alaska a los Hopi del sur de Norteamérica. Nunca antes se había intentado algo así. Y cuando se terminó, en 1930, quedó en el olvido. Hasta que, en 1971, el trabajo fue rescatado por la Pierpont Morgan Library. Entonces, los antropólogos se preguntaron si este aventurero realmente había recobrado el legado de los indígenas o, más bien, reforzó los estereotipos. Curtis fue descalificado, mas hoy sus investigaciones e imágenes son valoradas bajo la perspectiva de alguien que unió intereses científicos con una mirada estética. Precisamente, este "Cazador de sombras" como lo llamaban los indígenas, no se limitó a tomar simples fotografías. Trabajó de manera especial el fotograbado, la fotografía con negativo de cristal, el cianotipo y la imagen iluminada a mano. La exhibición también incluye técnicas menos habituales, como el orotone, de enorme belleza, que consiste en imprimir la imagen en un cristal cuyo revés de recubre de una capa de oro líquido, por medio de un lavado o aerosol. "Lo cierto es que Curtis era en parte un artista (con todas las libertades que eso supone) y en parte un etnólogo, abocado al escrutinio detallado de una cultura (reconociendo los límites de las fotografías, escribió y realizó detallados informes y entrevistas). Sus fotografías no son ni documentos perfectos (si tal cosa existe) ni ficciones pictorialistas", escribe María Gainza en el diario argentino Página 12. Una reflexión que nos acerca ala compresión de la obra de Curtis. [!b:EN EL VIEJO OESTE...] Edward Sheriff Curtis nació en Wisconsin en 1868. De joven tuvo interés por la fotografía, construyó su propia cámara y aprendió como trabajar sus propias impresiones. Más tarde, en Seattle, conformó su familia y se hizo socio de un estudio fotográfico. En 1898, mientas fotografiaba el Monte Rainier, Curtis conoció a un grupo de destacados científicos que se encontraban perdidos, entre ellos estaba George Bird Grinnell, un conocido experto en cultura indígena, quien se interesó en su trabajo, y lo invitó dos años después a fotografiar a la tribu Blackfeet (Pies Negros) en Montana. Entonces comenzó una aventura que duraría 30 años. Esta colosal empresa no significó sólo el trabajo en terreno de Curtis, sino también la búsqueda constante de financiamiento para sus expediciones. Debía contar con equipos e investigadores especializados como apoyo. Antes de comenzar, enviaba a sus asistentes a visitar la tribu. Una vez realizados los arreglos, viajaba para conocerlos e instalarse a trabajar en las entrevistas y sesiones foto