Con la voz de Salvador Allende de fondo, y mientras varios jóvenes pintaban un mural, se abrieron las puertas de la nueva sede que recibirá al Museo de la Solidaridad que lleva el nombre del mandatario. Con este primer acto oficial, se da inicio a las obras en la antigua casona ubicada en calle República, la cual será totalmente restaurada para albergar cerca de las 2 mil obras de la colección. Para llevar a cabo la recuperación de edificio y la reorganización interna, por un período el museo cesará la muestra de sus colecciones. La idea de la Fundación Salvador Allende y la recién creada Fundación Arte y Solidaridad es revitalizarlo en el contexto cultural y patrimonial del país y Latinoamérica. Su gestión estará bajo una administración mixta, en que participan el mundo privado y el Estado, a través de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Dibam. Los 2 mil metros cuadrados de la casa -que en su pasado fue embajada de España, y en los años '80 cuartel de la Central Nacional de Informaciones, CNI- contará además, en una segunda etapa, con un edificio con dos salas para exposiciones temporales, un auditorio para 170 personas, y una cafetería. "Queremos que sea un centro cultural multifacético", expresó Ramón Huidobro, presidente de la Fundación Arte y Solidaridad. En la ceremonia, el Presidente Ricardo Lagos destacó el simbolismo que significa el próximo traslado del museo, pues un espacio ligado a un pasado de violencia y represión, ahora renacerá a través del arte y el patrimonio de todos los chilenos. En tanto la diputada Isabel Allende, agradeció a todos quienes en años han colaborado en mantener vivo el museo, destacando los aportes de España, Francia y Suecia. Manifestó, también, su satisfacción de que las colecciones por fin encontrarán un espacio definitivo para su resguardo y exhibición. [!b:El museo del pueblo] La idea de crear un museo internacional en apoyo al gobierno que presidía Salvador Allende, nació durante el encuentro de intelectuales llamado Operación Verdad, en marzo de 1971. Se creó entonces un Comité Internacional de Solidaridad Artística con Chile, que logra entre 1971 y 1973 acopiar más de 400 pinturas, grabados, esculturas, dibujos, tapices y fotografías. En la primera exposición, en 1972, en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile, el Presidente Allende expresó: "es para mí un honor, muy significativo, recibir a nombre del pueblo de Chile estas muestras, estos cuadros, estas obras que nos envían, como expresión solidaria, artistas de los distintos continentes". También formuló su compromiso de albergar el museo en el edificio de la UNCTAD que estaba por inaugurarse a fines de ese año, con la segunda exposición. Debido al golpe militar, las obras del museo, que llegaban a aproximadamente 400, quedaron en las bodegas del Museo de Arte Contemporáneo, donde permanecen por 17 años en forma anónima. A partir de 1974, ya en el exilio, muchos chilenos comenzaron a trabajar para continuar la recolección de obras de artistas de diferentes países. Con el advenimiento de la democracia, en 1990, fue posible recuperar las obras y entregarlas a la Fundación Salvador Allende. Al año siguiente, se exhibe parte de la colección en el Museo Nacional de Bellas Artes. Durante esta nueva etapa, el museo reside primero en una casa de calle Virginia Opazo, para posteriormente trasladar sus colecciones a un espacio de la antigua Escuela Normal N°1 de Niñas, en Herrera.