En la soledad de su habitación o de su escritorio, en un parque o en una micro, el escritor redacta sus apuntes; luego los revisa, tacha las frases que no lo convencen, escribe otras, hasta que por satisfacción o agotamiento llega a un texto final. Cuando lo publica, el misterioso proceso creador queda oculto; el lector sólo tiene acceso al producto definitivo, al poema terminado, a la crónica precisa, a la novela ya pulida. Los manuscritos donde vibró la mano del creador quedan olvidados en cajones o van a dar al tacho de la basura. Felizmente, hay quienes se ocupan de rescatar estos papeles, además de fotografías y otros objetos personales. Se trata del [!b:Archivo del Escritor] de la [!N:www.bndechile.cl Biblioteca Nacional], que conserva una colección muy valiosa de manuscritos de escritores chilenos o relacionados con nuestro país. Es el caso de Ruben Darío, por ejemplo, de quien existe un archivo muy importante, "quizás el más valioso del mundo, tanto en cantidad como en calidad" dice Pedro Pablo Zegers, conservador de estos tesoros. Al ver esos papeles, podemos de alguna forma penetrar en el mundo más íntimo del escritor, develar un poco el misterio. Pero por motivos de preservación del material, muy pocos tienen acceso a él directamente. Sólo pueden acercarse a las bóvedas donde permanecen guardados los documentos investigadores "muy calificados", como la japonesa Satoko Tamura que vino hace un tiempo a estudiar los Sonetos de la Muerte de Gabriela Mistral. ¿Y sólo los grandes investigadores pueden ver los versos desechados, las líneas que por autoexigencia o pudor no fueron publicadas? Con alegría decimos: no. Para ampliar la difusión de los manuscritos a un público menos especializado, el Archivo del Escritor realiza publicaciones, exposiciones y también puso en marcha un proyecto que hace algunos años hubiera parecido "de ciencia ficción", como dice otro investigador de esta sección, el también poeta Tomás Harris: que desde cualquier computador conectado a Internet pudieran consultarse dichos manuscritos. [!b:Manuscritos digitales, carpetas y exposiciones] El Archivo del Escritor nació en 1968, por iniciativa del director de la Biblioteca Nacional de ese entonces, Roque Esteban Scarpa. Seguramente don Roque jamás habría imaginado que los papeles hoy estarían tan bien conservados y difundidos. Desde el año 2002 Claudia Tapia se ocupa de digitalizar el patrimonio documental del archivo, que ya está disponible en buena parte a través del catálogo virtual de la biblioteca. A su vez el sitio web [!N:www.memoriachilena.cl Memoria chilena] -con el que han colaborado fuertemente en su parte literaria- prepara una excelente y amplia galería sobre este fondo documental. Los legados de Ruben Darío, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Jorge Teillier, entre otros, han sido difundidos también a través de publicaciones facsimilares y exposiciones. La primera carpeta patrimonial ("no son exactamente facsimilares, porque están en un tamaño ampliado", aclara Zegers) estuvo dedicada a reproducir manuscritos de Gabriela Mistral y se tituló "Desolación en germen". "A través de la digitalización y las publicaciones sacamos el archivo a la calle" dice el conservador del fondo. Recuerda que para el centenario de Neruda tuvieron bastante trabajo montando la exposición "Las vidas del poeta". Otra exposición destacada se denominó "Cuatro voces de la literatura chilena", en que se exhibían colectivamente legados de distintos escritores como Pablo Neruda, Pablo de Rokha, José Donoso, y en su segunda versión Roque Esteban Scarpa, Mariano Latorre. "Lo que nos interesa es publicar cosas relacionadas con el rescate de nuestro patrimonio" dice Zegers. Y así ha sido: a partir de investigaciones de los funcionarios de la sección han aparecido epistolarios de Oscar Castro, Vicente Huidobro y libros inéditos como Umbral, de Juan Emar (publicado con el sello del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana), extraídos del mismo archivo. También se ocupan de la revista semestral Mapocho y apoyan obras de autores externos relacionadas con sus intereses patrimoniales. Para el futuro ya trabajan en varias publicaciones, entre ellas la continuación de Prehistorieta de Chile, de Jorge Montealegre; una recopilación de artículos de Roberto Meza Fuentes aparecidos en El Diario Ilustrado sobre el g