Revista Mapocho festeja dos siglos de la Biblioteca Nacional
El próximo 19 de agosto se cumplen 200 años de la fundación de la Biblioteca Nacional de Chile, cuyo decreto apareció publicado, ese día de 1813, en El Monitor Araucano. Es, por tanto, una de las primeras instituciones culturales de la naciente República y juega un rol trascendente en la historia del país. "El primer paso que dan los pueblos para ser sabios, es proporcionarse grandes bibliotecas", enfatiza el decreto fundacional.
Dieron apoyo a esta iniciativa los patriotas Juan Egaña, Francisco Antonio Pérez y Agustín de Eyzaguirre. En consonancia, su primer director fue uno de los más ilustres chilenos, el abogado y filántropo Manuel de Salas Corbalán, quien inició su cometido con 600 libros.
Próxima a cumplir medio siglo de vida la Revista Mapocho, órgano divulgativo de la Biblioteca Nacional que produce el Archivo del Escritor dirigido por Pedro Pablo Zegers, dedica a la institución su última edición: un volumen de 308 páginas y tapas duras, con artículos históricos, de opinión y una escogida iconografía con los primeros pasos de la construcción del actual edificio. Desde sus cimientos, en 1913, hasta su inauguración, diez años más tarde.
El bello edificio neoclásico que hoy la alberga, erigido en terrenos que ocupó el convento de las Monjas Claras, fue construido por el arquitecto Gustavo García del Postigo en momentos en que la Biblioteca Nacional ya tenía un siglo de funcionamiento y tras haber rotado por tres diferentes sedes (antigua Universidad de San Felipe, hoy Teatro Municipal; Edificio de la Aduana, en Bandera con Compañía, y en la esquina donde posteriormente se instaló el Congreso Nacional).
Uno de sus directores, Luis Montt, tuvo la delicada y difícil misión de posicionar entre las autoridades y la opinión pública, la idea de que -ante la dramática falta de espacio de la Biblioteca y su recinto ya muy deteriorado- era imprescindible construir un edificio monumental diseñado para ello. Ante tal proyecto, hubo personas que propusieron, con absoluta liviandad, que los libros se encajonaran para evitar un gasto tan grande a la nación.
El caudal bibliográfico de la Biblioteca Nacional fue ampliándose paulatinamente, fundamentalmente con donaciones de particulares que incluyeron también importantes colecciones, como los 5 mil volúmenes que pertenecieron a la Compañía de Jesús, orden expulsada de Chile en 1767; la donada por la viajera y escritora inglesa María Graham, en 1823, y otras de grandes pensadores e investigadores. Además, en 1820, se dictó la ley que ordenaba que todas las publicaciones impresas en Chile debían ser resguardadas en la Biblioteca Nacional.
Según cifras aportadas por la misma Revista Mapocho, en 1834 la Biblioteca Nacional poseía 14 mil 829 volúmenes. Hoy alberga un millón y medio de títulos, sin incluir el sitio digital Memoria Chilena, con un total anual de 34 millones 500 mil páginas vistas, y más de 8 millones de archivos descargados.
El Palacio de los libros
Tras la presentación de Carlos Ossandón, director de la Revista, la publicación desgrana un seleccionado grupo de crónicas que van develando el nacimiento y desarrollo de la primera institución bibliográfica del país: Biblioteca Nacional de Chile: la fundación de 1813, por Raúl Silva Castro; La prensa, los libros y la lectura en las primeras décadas del siglo XIX, por Bernardo Subercaseaux; Biblioteca Nacional de Chile, aportes a la historia, por Justo Alarcón; Historia mínima de la Biblioteca Nacional (1813-2013), por Francisca Leiva y Sebastián Hernández; El desafío de la Biblioteca Nacional Digital de Chile, por Daniela Schütte; Lectura y escritura en Chile, por Grinor Rojo; Andrés Bello y la Biblioteca Nacional, por Guillermo Feliú Cruz; Mi experiencia como escritor en la Biblioteca Nacional, por Manuel Peña Muñoz; Nuestra Biblioteca Nacional a sus 200 años. A pesar y por pesar, tan querida, por Thomas Harris; La biblioteca Nacional y mi propia experiencia literaria, por Jaime Quezada, y entrevistas a los seis últimos directores (as) de la Dibam (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos) y Biblioteca Nacional, entre otros ricos aportes literarios que, junto a una sorprendente serie fotográfica recientemente conocida gracias al Ministerio de Obras Públicas (MOP), dan cuerpo a una obra temática planteada con la rigurosidad que caracteriza a la Revista Mapocho.
Es, en definitiva, una publicación-homenaje que reúne, en un solo volumen, la trayectoria de nuestra Biblioteca Nacional, una de las primeras instituciones culturales de Latinoamérica, de la que se imprimieron solo 600 ejemplares, 50 de los cuales estarán a la venta (a fines de mes) en la Librería LOM, al interior de la Biblioteca Nacional (Moneda 650).
Otros volúmenes serán distribuidos a bibliotecas públicas de todo Chile .