FIJAR ESTÁNDARES NACIONALES SOBRE EL PATRIMONIO MUNDIAL
El Parque Nacional Rapa Nui; las iglesias de Chiloé; el área histórica de Valparaíso; las oficinas salitreras de Humberstone y Santa Laura, y el Campamento Sewell son sitios que están en Chile, pero que por poseer un valor universal excepcional han sido declarados Patrimonio Mundial.
Durante cuatro días se reflexionó sobre el significado universal de estos sitios, los requerimientos para su conservación, y la cooperación y coordinación entre las instituciones vinculadas a ellos. Mejorar la gestión fue el objetivo central del encuentro, que se llevó a cabo en el Museo Regional de Ancud.
"Nos hemos propuesto avanzar en establecer estándares homogéneos de trabajo para el patrimonio a lo largo del país. Es necesario relevar una política pública permanente en cada uno de los ámbitos del patrimonio mueble e inmueble", señaló Magdalena Krebs, directora de Dibam.
Evaluar la condición actual de estos sitios, identificando sus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, permitió avanzar en la elaboración del informe periódico de la aplicación de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, que Chile debe entregar en 2012.
Cooperación internacional
En 1972, en París, UNESCO aprobó la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural. Chile la suscribió, en 1980 la ratificó, y hoy rige como ley de la República.
Los estados que suscriben la Convención se comprometen a identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las nuevas generaciones el patrimonio cultural y natural que está en su territorio. Esta acción se complementa con la cooperación de la comunidad internacional.
Un sitio inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial debe tener un valor universal excepcional, contar con autenticidad e integridad, y ser protegido. Esta inscripción implica un reconocimiento oficial y universal de que constituye una riqueza para la humanidad.
Según constata la Convención, el patrimonio cultural y natural es extremadamente vulnerable y está cada vez más amenazado. Su conservación es de interés de la comunidad internacional.
"El deterioro o la desaparición de un bien del patrimonio cultural y natural constituye un empobrecimiento nefasto del patrimonio de todos los pueblos del mundo", establece UNESCO.
Imaginario universal
En 1995, el Parque Nacional Rapa Nui fue el primer sitio de Chile en ingresar a la Lista de Patrimonio Mundial. Lo siguieron las iglesias de Chiloé, en 2000; la ciudad-puerto Valparaíso, en 2003; las oficinas salitreras Humberstone y Santa Laura, en 2005; y el campamento Sewell, en 2006.
Magdalena Krebs destacó las características que hacen que cada uno de estos sitos esté presente en el imaginario universal.
"El Parque Nacional Rapa Nui, testimonio único de una civilización, es parte de una cultura viva; las iglesias de Chiloé son notables por la fusión cultural, su materialidad y destacable emplazamiento; Valparaíso se distingue por su rol de puerto del Pacífico, arquitectura y maravillosa geografía; Sewell y las Salitreras dan cuenta de desarrollos industriales realizados en condiciones extraordinarias".
El programa de la primera reunión de administradores de Sitios de Patrimonio Mundial de Chile contempló la realización de talleres, visitas a terreno y encuentros con autoridades.
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