Chile, con su extensa y variada geográfica, ha sido desde siempre un desafío para sus habitantes. Desde el candente desierto hasta los hielos del extremo sur, los hombres y mujeres de nuestro país han debido adaptarse al rigor del clima y utilizar de la mejor manera posible los recursos naturales que tenía a su disposición. El paisaje ha modelado la forma de millones de personas, pero al mismo tiempo la presencia humana ha modificado el entorno. Esta relación entre hombres y naturaleza es el centro de las [!b:dos nuevas salas] que el [!N:www.dibam.cl/historia_natural/ [!b:Museo Nacional de Historia Natural]] abrirá desde hoy a la comunidad. La inauguración, que contó con la presencia del ministro de Educación, Martín Zilic, la directora de Bibliotecas, Archivos y Museos, Dibam, Nivia Palma, y la directora del Museo Nacional de Historia Natural, María Eliana Ramírez, se enmarca dentro del proceso de modernización emprendido por la institución cultural. En la ocasión, María Eliana Ramírez enfatizó que este trabajo responde a un plan integral que el museo viene desarrollando con la mirada puesta en el Bicentenario. Además manifestó el compromiso que tiene con la educación: "Ponemos a disposición de los profesores el museo como un recurso pedagógico". Una invitación que extendió a toda la comunidad. [!b:El hombre y su medio] La primera sala tiene como objetivo mostrar -a través de las distintas áreas geográficas y ecológicas de Chile- la relación que el hombre estableció con el entorno natural para su supervivencia. Esta interrelación no sólo modificó la economía de estos pueblos, también transformó su organización social, su espiritualidad y su forma de verse a sí mismos y al mundo. En ella, el público tiene la oportunidad de conocer exclusivos objetos patrimoniales y culturales, que son parte de la colecciones del museo. Asimismo, se exponen interesantes objetos de todo Chile, desde un llamo floreado embalsamado del norte andino hasta un rehue vestido de la zona centro-sur; pasando por una figura humana de Ona vestida con atuendos de cazador; una canoa Yámana, original de corteza de roble, y un gran Moai Kava Kava junto a un petroglifo con la figura de un Manutara. La segunda sala aborda el impacto sobre el paisaje de la presencia humano, tomando como ejemplo el Archipiélago de Juan Fernández. En una gran vitrina, el público podrá apreciar y conocer el paisaje natural de esta isla, su flora y fauna. Además, conocerá los problemas que afectan a este ecosistema único, producto de la introducción de especies desde el continente. La muestra incluye un endémico lobo marino embalsamado, un poppy o cría juvenil y variadas especies vegetales. Con motivo de la inauguración, fueron los propios habitantes de Juan Fernández quienes explicaron el impacto generado por la introducción de especies y cómo esta afecta a la comunidad. Continuando con las interesantes muestras que ofrece el Museo, en el hall Central, los visitantes encuentran la exposición temporal [!b:El Hombre de Cobre]. La pieza fundamental de esta muestra es la réplica de un milenario atacameño, cuya data se remonta al año 300 D.C. y se considera como el primer testimonio humano de los verdaderos pioneros de la explotación cuprífera en el desierto chileno.