El Consejo de las Culturas, las Artes y el Patrimonio acogió la propuesta presentada por el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural de incluir la Carpintería de Ribera Tradicional en la Región de Los Lagos en el Inventario de Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile.

La carpintería de ribera consiste en la construcción de embarcaciones de madera, mediante técnicas constructivas artesanales, provenientes de diversas fuentes y épocas, cuya transmisión intergeneracional ha ocurrido y se perpetúa a través de la oralidad y la práctica compartida.

Carlos Maillet, director del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural, comentó que "desde el Servicio, y específicamente a través del equipo de la Subdirección de Patrimonio Cultural Inmaterial, hemos venido trabajando desde 2013 con la Carpintería de Ribera en el Sur de Chile, cuando entregamos el reconocimiento Tesoros Humanos Vivos a un grupo de carpinteros de ribera de lanchas chilotas".

"Es de mucha relevancia el ingreso de esta práctica al Inventario porque significa un paso anhelado por las comunidades para las implementaciones de acciones de gestión patrimonial y salvaguardia", dijo Maillet.

Según el catastro realizado como parte de la investigación participativa del proceso de salvaguardia de la Carpintería de Ribera, se pudieron identificar 137 cultores individuales y un cultor colectivo vigente: la Agrupación de Carpinteros de Ribera de las Aguas Azules, de la Comuna de Calbuco. A propósito, su presidente, el carpintero e ingeniero Hugo Almonacid, expresó su alegría con la noticia del ingreso al inventario, comentando que "esto ayudará grandemente a habilitar el plan de salvaguardia y habilitará acciones pertinentes para que este oficio se fortalezca, dando un reconocimiento a los cultores de esta práctica que son parte del patrimonio cultural inmaterial del sur de Chile".

La carpintería de ribera es un oficio de larga tradición y es un componente central en la identidad cultural de Los Lagos. Son depositarios de un saber heredado, que profundiza en la naturaleza, la madera, su transformación, resistencia y flotabilidad.

Este conocimiento ha perdurado en el tiempo gracias a los carpinteros que, contra toda adversidad, han persistido en mantener las bases materiales de una navegación autosustentable y propia de los habitantes del archipiélago.

En este empeño los conocimientos de antaño han evolucionado, adaptándose a nuevas necesidades. Han sido, por tanto, una continuidad de generaciones de carpinteros quienes, a través de una práctica ininterrumpida han aprendido, transmitido y transformado dichos conocimientos.