Pasar al contenido principal

Patrimonio y Género

“Esta casa debe pasar del horror y el dolor a ser un espacio de memoria, cultura y trabajo comunitario”

Publicado el 30/08/2024
Monserrat Figuerola y Alejandra Hofzafel
Montserrat Figuerola Estévez (izquierda) y Alejandra Holzapfel Picarte (derecha), gestoras del sitio de memoria Irán 3037.
A propósito del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, conversamos sobre género, patrimonio y memoria con Montserrat Figuerola Estévez y Alejandra Holzapfel Picarte, gestoras culturales que están detrás de la reciente recuperación del sitio de memoria Irán 3037, lugar que albergó a La Venda Sexy, centro de torturas y de violencia política sexual durante la dictadura civil militar.

Parcialmente destruida, sin cañerías, sin la puerta principal y con antiguas revistas policiales desperdigadas por distintos espacios. Así fue recibida por sus nuevas ocupantes la expropiada casa esquina de Irán 3037 en julio recién pasado. Luego de años de gestiones para convertir el inmueble en un sitio de memoria, las gestoras Montserrat Figuerola y Alejandra Holzapfel lograron reunir las voluntades institucionales para que este proyecto viera la luz.

En esta entrevista, las gestoras abordan cómo el enfoque de género ha sido clave en la recuperación y preservación de este espacio patrimonial, integrándose de manera transversal en su gestión y acciones. “Irán 3037 nos permite subrayar la importancia de la violencia política sexual en la memoria colectiva, pues en este espacio existieron aberraciones cometidas por agentes del Estado contra hombres y mujeres”, cuenta la sobreviviente, Alejandra Holzapfel.

Uno de los primeros proyectos de la Asociación de Memoria y Derechos Humanos Venda Sexy de esta nueva etapa ha sido con la Subsecretaría de Derechos Humanos, con quienes impulsan un registro digital de la casona, de manera de generar un recorrido virtual por ella, y la aplicación de un georraadar que permite detectar los movimientos de tierras que se han realizado, con fines investigativos. Además están generando las bases para crear un Archivo sobre este espacio, que rememore las 29 personas víctimas de desaparición forzada, que se identifican con vida por última vez en este espacio y las personas sobrevivientes. Mientras esperan la obtención de la administración oficial del inmueble desde el Ministerio de Bienes Nacionales y los arreglos iniciales del lugar, ya han comenzado las primeras conversaciones con gremios educativos de la comuna de Macul, participan de las discusiones por una Ley de Sitios de Memoria y este 31 de agosto realizarán una conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.

“Ha sido una época vertiginosa. Hemos logrado reunir las voluntades de personas e instituciones, y desde que llegamos a la casa, hemos estado cosechando el trabajo previo de reunirnos con la comunidad y trabajar con arte y cultura en la plaza de enfrente. Ha sido muy emotivo este nuevo inicio”, cuenta Montserrat Figuerola.

fachada irán 3037

 

¿Cómo ha influido el enfoque de género en la recuperación  y la preservación de la memoria de este espacio? 

Montserrat: El enfoque de género es un principio y un valor asociado a este lugar, en forma transversal. Está mencionado como fundamental  en nuestro plan de gestión  y aparece en nuestros diálogos en forma muy frecuente, para orientar nuestro quehacer. Este espacio está declarado como  monumento histórico con categoría de género; también está declarado en la querella que impulsa configurar el concepto de “violencia política sexual”.

Alejandra: La perspectiva de género está en todas nuestras acciones. Gran parte de las personas participantes y organizadoras son mujeres y tratamos  de que en cada  una de las acciones que hacemos haya coherencia en el actuar con la colectiva. Es importante reconocer, por ejemplo, que la violencia política sexual no fue solo contra mujeres sino que también contra hombres, aun cuando ellos no lo han podido hablar mucho. Sabemos la relevancia de hablar para sanar y eso es una característica muy de nosotras.

¿Qué rol juega la memoria colectiva en la construcción de este patrimonio, de manera que no solamente recuerde el horror sino que promueva  la justicia y la igualdad de género?

Montserrat: Una de  las características más importantes del proceso de recuperación de este espacio es que ha sido de la mano de la comunidad,  no sólo de las organizaciones de derechos humanos que históricamente han trabajado en Macul, sino que también de las vecinas y los vecinos - principalmente mujeres,  eso hay que decirlo- con quienes hemos ido  armando un círculo muy amoroso en torno a la creación colectiva, por ejemplo, de frazadas para personas damnificadas en los incendios.  

Alejandra: Y esa creación colectiva tiene que ver con los símbolos y los significados; y es en esa perspectiva cuando el calor del diálogo con la comunidad va transformando el espacio, las ideas y los proyectos.

¿Cómo ha sido ese proceso de involucrar estas comunidades, especialmente las mujeres  en la recuperación y la reinterpretación de este espacio? 

Montserrat: Ha sido como tenía que ocurrir, en Chile gran parte de las reivindicaciones y luchas sociales han sido levantadas y sostenidas por mujeres, históricamente fueron ellas las que salieron a las calles a encadenarse pidiendo justicia para sus familiares. Hay una coherencia que continúa muy orgánicamente, las mujeres se han ido acercando a este sitio, tal vez como un acto de justicia para ellas al encontrar un espacio  para la declaración permanente de “no soltarnos, de mantenernos juntas”, donde no importa que sean de distintas militancias o que vengan de distintos lugares.

Alejandra: Aquí nos confluye todo, sobre todo lo de practicar la solidaridad, que se ejemplifica con la práctica de tejer en cuadritos pequeños para conformar una frazada más grande. Buscamos apoyos, como el que encontramos en la Municipalidad de Macul, para lograr trasladar 50 frazadas. Siempre ha sido así, la solidaridad ha sido muy fuerte  para nosotros y para otros. 

Realizando un ejercicio de futuro ¿cómo se imaginan que este espacio evolucionará  en los próximos años como un lugar de memoria?

Alejandra: Lo imaginamos con un rol educativo, un lugar que con su historia y patrimonio lucha contra el negacionismo, tenemos que contar lo que ocurrió dentro de estos muros. Ya estamos haciendo conexiones con 30 profesores de Macul que vendrán a visitarnos porque aun cuando no haya agua y falte la museografía aun, tenemos que transmitir todo lo que tuvimos que vivir en este lugar. Es fundamental que las nuevas generaciones vean este espacio como fue, por lo tanto no queremos intervenirlo mayormente. Nuestro mayor rol es educar, mostrar la barbarie y combatir el negacionismo.

(Montserrat) Lo imaginamos como un sitio de memoria pero que además sea un centro cultural, con biblioteca y un espacio de archivo, ante todo un espacio comunitario. Esto se materializará con un proyecto más elaborado de arquitectura en términos patrimoniales, pues nos interesa conservar al máximo posible la estructura de la casa. De los más de mil lugares usados como centros represivos, solo 44 son monumentos históricos, por lo que cabe duda cuántos seguirán intactos. Luego en lo simbólico, nos interesa levantar los contenidos museográficos que den cuenta de las capas históricas de esta casa. Con todo, queremos levantar un programa permanente de pedagogía de la memoria y educación en derechos humanos con comunidades educativas diversas no solamente de la educación formal sino también de la educación popular.

 

 

 

Galería

Miniatura
Miniatura
Miniatura
Miniatura
Miniatura