La diversidad cultural fue protagonista en el segundo Coloquio El Arte de la Migración
Con una alta convocatoria y participación de los asistentes se llevó a cabo el Segundo Coloquio del ciclo Patrimonio Migrante que organiza la Subdirección de Investigación de Dibam. En esta oportunidad el debate estuvo centrado en “El Arte de la Migración” en donde diversos especialistas de distintas disciplinas del arte dialogaron respecto del valor de éste como mecanismo de integración socio-cultural, y hermoseamiento de las relaciones humanas.
En primera instancia, y en el contexto de las visualidades migrantes, los académicos de la Universidad Alberto Hurtado Sebastián Vidal y Rubén Morgado, junto a Eric mediador intercultural haitiano, presentaron y dialogaron sobre las intervenciones realizadas en el Museo de Bellas Artes y el GAM, en relación al valor de poner en escena la problemática de los migrantes a través de la visualidad, y el impacto no sólo en el receptor nacional, sino en la autopercepción de las propias comunidades que éstas desencadenan.
En segundo turno, y en base a la invitación de referirse a las teatralidades migrantes, el dramaturgo Carlos Aedo narró las vicisitudes que rodearon el montaje de la obra “40.000 kilómetros”, protagonizada por actores migrantes no profesionales, que lo llevó a señalar el infinito aprendizaje de trabajar en diversidad cultural. Por su parte la narradora oral mexicana, Aura Cerón, deleitó al público con su arte, y señaló: “Hay que destacar que los chilenos quieren mucho al pueblo mexicano, por lo cual ha sido fácil permear con nuestras historias, con nuestros cuentos, a la gente le gusta la cultura mexicana, y nuestras historias sirven para establecer ese nexo”.
Finalmente académicos de la Universidad de Chile, Marisol Facuse y Rodrigo Torres, junto al cantautor colombiano Hernán Zuluaga, introdujeron al público al ritmo de la música en el mundo de las sonoridades migrantes, en donde se hizo ver que toda la música tradicional de Chile se había construido en base a sonidos de todas las latitudes, y como no la favorita de las fiestas criollas la cumbia colombiana.
En este ambiente de grato calidez y sabor de la diversidad latinoamericana, junto a expertos y cultores, y representantes de diversos organismos públicos como el Ministerio del Interior, de Bienes Nacionales y de Justicia, la actividad llegó a su fin con el firme llamado y compromiso de seguir desarrollando iniciativas en torno a la riqueza del convivir con el patrimonio migrante, como lo señalaron Mauricio Rojas y Susana Herrera quienes conducen este proceso al interior de DIBAM.