La reinaugurada Biblioteca Severin es un ejemplo de trabajo de colaboración
Impecable, desde la partida, fue la ceremonia con la que el jueves se reinauguró la emblemática Biblioteca Santiago Severín de Valparaíso, cuyo bello edificio construido en 1919, fue seriamente dañado por el terremoto del 27F. Hoy luce como en sus mejores años, con la reconstrucción de sus espacios originales y una iluminación led en su fachada, la que resalta su carácter neoclásico de Monumento Nacional desde 1998: todo un honor para la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, a la que se adscribe, y a los usuarios investigadores y turistas que vistan el Puerto Principal. Los trabajos fueron viables gracias a la intervención de la propia Dibam, el Consejo Nacional de la Cultura, la Universidad Católica de Valparaíso y la alcaldía de Valparaíso.
Primera Biblioteca Pública
En su actual emplazamiento la Biblioteca Severín, cuya construcción se realizó gracias a los fondos donados por el magnate salitrero, parlamentario y filántropo, Santiago Severín, resguardó las colecciones de la antigua Biblioteca N° 1 de Valparaíso, creada en 1873 y que en sus primeros años funcionó en algunas salas del edificio de los Tribunales de Justicia. Más tarde, entre 1911 y 1919, en un local de la calle Edwards esquina Independencia y desde este último año, en el edificio proyectado por el arquitecto Augusto Grige, entre las calles Edwards, Brasil, Molina y Yungay, cuando tomó el nombre de su benefactor. Los trabajos se realizaron entre 1912 y 1919.
La Biblioteca Pública Santiago Severín es, por tanto, uno de los organismos culturales más antiguos de Chile y la primera biblioteca pública del país. De allí la alta expectación que produce su restauración y apertura al público, el lunes 26 de diciembre.
La restauración tardó casi un año y significó una inversión de cerca de 213 millones de pesos. $120 millones aportados por Dibam y $93 millones del Programa de Reconstrucción Patrimonial de Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, entregados a la Universidad Católica (que se encargó de los aspectos arquitectónicos de la restauración). Aparte del tema de la iluminación exterior, los trabajos se enfocaron en la estructura de techumbre, cornisas, fachadas y salones principales.
El antiguo anfiteatro, situado en el piso tres del inmueble, es ahora el Salón de Investigadores, con obras referidas al resguardo y difusión de la cultura y patrimonio porteño, mientras que en segundo piso fue renovado el salón Santiago Severín, que será la nueva sala de Circulación con las colecciones generales y de literatura.
Orgullo porteño
Minutos antes de la ceremonia oficial, conversamos con la ex directora de la Biblioteca Severín, Patricia Lillo (a quien le tocó afrontar los primeros momentos después del terremoto) y con la actual, Gladys Calderón, quien expresó: "La biblioteca estuvo cerrada por casi dos años. Afortunadamente, las colecciones no sufrieron mayores daños, no obstante haber caído desde sus estantes. Hablamos de 130 mil libros más una colección de periódicos de más de 200 mil ejemplares". "Este es un sueño. Con el terremoto de 1985 nosotros pensamos que esto no se iba a recuperar. Este otro terremoto, que también afectó mucho el inmueble, nos produjo la sensación de que, después de las restauraciones, esto quedaría mejor que antes... y así ha sido. Estamos ansiosos de abrir al público".
Magdalena Krebs abrió la ceremonia en el imponente Salón Santiago Severín. Figuraron como invitados especiales el Alcalde de Valparaíso, Jorge Castro; el Intendente regional, Raúl Celis; el Ministro Presidente del Consejo Nacional de la Cultura, Luciano Cruz-Coke y el Rector de la Universidad Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui.
Dijo Magdalena Krebs: "Estoy conmovida por encontrarme en este bello edificio que fue la primera biblioteca pública del país, con el objetivo de entregarlo nuevamente a la ciudad tras el terremoto del 27 de febrero de 2010. Se han aunado voluntades y aportes para desarrollar este proyecto que permite mejorar la oferta cultural que ponemos hoy al servicio de la ciudadanía. Este es un inmejorable ejemplo de trabajo colaborativo. Es un precioso edificio declarado Monumento Nacional que guarda colecciones que recogen la historia de Valparaíso, conservadas