Lo peor ya pasó. Luego del terremoto grado 7.9 que sacudió a la Primera Región, los habitantes de Arica, Iquique y los pequeños pueblos del interior comienzan a retomar sus actividades. Lentamente. Hay aún tanto por hacer. La biblioteca de Huara, al igual que gran parte del poblado, sufrió importantes daños. En lugares como Pisagua, Camiña y Codpa siguen sin luz ni agua. Los caminos están cortados, los pobladores aislados e incomunicados. Sin embargo, para ellos sigue habiendo una vía de contacto: Internet. Gracias al programa [!i:www.biblioredes.cl BiblioRedes] de la Dibam, las bibliotecas públicas de las zonas afectadas han podido prestar apoyo a quienes más lo necesitan. "Estamos trabajando para entregar toda nuestra ayuda a la gente más desvalida. Nuestras bibliotecas se encuentran en un 80% en el sector rural, la zona más golpeada por el terremoto", dice desde Iquique Berta Ehrlich, la coordinadora regional de bibliotecas públicas. Ella ha vivido en carne propia el aporte que pueden hacer las tecnologías en estos casos. "El jefe de la biblioteca de Codpa me contó a través Internet que había gente desesperada, porque no tenía noticias de sus parientes ni les habían podido decir que estaban bien. Yo le dije que me diera los teléfonos y llamé a los familiares en Arica. Mientras en Codpa las personas me mandaban mensajes, yo los transmitía vía teléfono. De esa manera, la biblioteca del lugar se transformó en un puente, un enlace. Fue una experiencia maravillosa". Pero no ha sido la única. En Pisagua, a pesar de que la biblioteca no tenía energía eléctrica, pudieron utilizar la conexión satelital que poseen gracias a un grupo electrógeno de Carabineros. Totalmente aislados, con un helicóptero como único medio de llegar a la ciudad más cercana, los habitantes de Pisagua se comunicaron con el mundo exterior. "A través de la televisión hemos insistido en que las bibliotecas públicas están a disposición de todos quienes necesiten informarse", comenta Berta Ehrlich. "Es precisamente en momentos difíciles como este en que se pone a prueba nuestra relación con la comunidad y sentido de servicio público. Y en eso, el compromiso de quienes trabajan en las bibliotecas ha sido fantástico. Me siento orgullosa".