Patrimonio a un clic: Un recorrido por la educación chilena
El Museo de la Educación Gabriela Mistral fue creado en 1941 como Museo Pedagógico de Chile con el fin de conservar el material reunido para una exposición sobre la historia de la educación en Chile, celebrada ese mismo año en el Museo Nacional de Bellas Artes en el contexto de la celebración del 400 aniversario de la fundación de la ciudad de Santiago.
En 1981 se trasladó al edificio donde funcionó entre 1886 y 1973 la Escuela Normal de Niñas N°1 Brígida Walker, lugar en el que Gabriela Mistral rindió exámenes de habilitación para ejercer como profesora primaria.
Los daños del terremoto que afectó a la zona central en 1985 desencadenaron la suspensión de la atención a público y de la exhibición de las colecciones.
La situación se mantuvo hasta el año 2000 cuando la entonces Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Dibam -hoy Servicio Nacional del Patrimonio Cultural- en colaboración con el Ministerio de Educación y el Colegio de Profesores de Chile A.G., inició la restauración del inmueble con el fin de recuperar su arquitectura original.
En 2006 el museo reabrió sus puertas con una nueva museografía, bajo el nombre de Museo de la Educación Gabriela Mistral en honor al legado intelectual y de teórica de la educación de la poeta chilena y ganadora del Premio Nobel. En el constante cumplimiento de su misión institucional, actualmente el museo busca contribuir al conocimiento y debate de las múltiples dimensiones de los procesos socio-educativos en Chile, mostrando la diversidad de actores que forman parte del debate.
Recogiendo las opiniones de los y las visitantes, en 2016 se realizó una revisión de la museografía la que consideró una serie de cambios en cuanto a la gráfica, la iluminación y la selección y ubicación de los objetos que concluyó ese mismo año y que le dio nuevos bríos a los espacios de circulación y, muy especialmente, al Patio de los Tilos.
El patio es el corazón del museo y desde allí, los y las visitantes pueden saborear la tranquilidad y la belleza en la que innumerables generaciones de niñas se formaron como maestras primarias. Aquí es donde comienzan y terminan todas las visitas guiadas y se realizan otras actividades, como conciertos, sesiones de narración de cuentos, inauguraciones, exposiciones fotográficas y lanzamientos de libros.
Mobiliario y material didáctico
En el recorrido virtual se cuenta que desde dicho patio se accedía a las salas de estudio y a las clases de labores manuales, física, química y música.
En el primer piso también se puede conocer la Huerta Escuela en 3D, espacio creado en 2016 que busca acercar a niños y niñas a los conocimiento ligados a la tierra con una mirada sostenible. Este tipo de saberes antiguamente era parte del currículum escolar, a través de asignaturas como Botánica y Agricultura. A través de la Huerta Escuela se busca revitalizar tales contenidos con el fin de reflexionar sobre diferentes problemáticas socioambientales y promover el buen vivir en el contexto urbano.
Uno de los puntos que propone el recorrido virtual es la Biblioteca Patrimonial que cuenta con una colección de más de 40.000 obras entre libros, publicaciones periódicas educativas chilenas y extranjeras, folletos, silabarios, textos escolares, planes y programas de estudios y una recopilación de documentos y conferencias de educadoras y educadores chilenos.
Además de tan relevante número de obras, las colecciones del museo están conformadas por material y mobiliario escolar entre los que destacan pupitres, pizarras, material didáctico y máquinas que registran la historia de la educación en nuestro país y que se mostrarán durante el recorrido; y la colección de fotografías que refleja distintos momentos, sujetos y espacios de la educación chilena durante el siglo XX a través de desfiles, eventos deportivos, colonias escolares, retratos del profesorado y del alumnado, entre otras imágenes.
Ya en el segundo nivel, está a disposición la Sala 1, espacio concebido como un encuentro entre la historia del Museo de la Educación y la historia de la Escuela Normal de Niñas N°1 Brígida Walker. Aquí se puede aprender sobre la vida de Gabriela Mistral como también de la vida de una estudiante normalista y un currículum que antiguamente diferenciaba sus temas por sexo y aplicaba formas de evaluación que hoy nos parecen curiosas.
Aquí se pueden ver objetos como la máquina de coser que se utilizaba en las clases de costuras que eran impartidas solo a las mujeres, reafirmando con ello los roles tradicionales que las ubicaban en el hogar y en actividades relacionadas con el cuidado de otras personas. O una máquina caladora, utilizada en los talleres de carpintería que se impartían a varones en el sistema escolar. A diferencia de las mujeres, el currículum para hombres estaba relacionado con el uso del espacio púbico, el trabajo y el poder..
En este segundo piso se puede ver una ambientación de los dormitorios utilizados por las estudiantes internas de la época, equipados entre otras cosas con camas, lavatorios y cajas blancas de madera donde las estudiantes guardaban artículos personales y de aseo.
En la Sala 2, el recorrido nos aproxima a los niveles de la educación, desde la educación inicial hasta la universitaria. Además, muestra los elementos que se utilizaban en las distintas asignaturas. Entre ellos se observa, en la vitrina de ciencias, los ciclos de vida de abejas y caracoles, usados en las clases de Biología como testigo del impulso al desarrollo de la enseñanza de las ciencias en la educación secundaria.
Es posible también ver un banco de dibujo y un cajón de salto de madera que representan la incorporación en 1887 de arte, dibujo, trabajos manuales y gimnasia a las asignaturas impartidas, como consecuencia de la reforma y modernización de los planes escolares iniciada en 1883.
La Sala 3 invita a reflexionar sobre la sala de clases del pasado a través del mobiliario, materiales didácticos y hasta métodos de castigo que eran aplicados para mantener el orden y la disciplina, se observa por ejemplo, una "cabina de castigo" en la que los alumnos que se portaban mal eran encerrados.
La última sala, la 4, es un espacio para que diversas comunidades compartan sus patrimonios. Hay referencias a movimientos estudiantiles y del profesorado desde la mirada de sus propios protagonistas y hay material audiovisual en la que representantes de la comunidad recuerdan por ejemplo, su primer día de clases o la conocida cimarra.
El museo también puede ser conocido a través del valioso trabajo de investigación que ha desarrollado la Subdirección de Investigación del Servicio, mediante el proyecto Bajo la Lupa, las que abordan desde diversas ópticas las colecciones que aquí se resguardan y que abordan por ejemplo ¿Para qué se educaba a las mujeres a inicios del siglo XX?, Cómo se enseñaba ciencias en Chile (1893- 1950) y Los mapas en la educación chilena, entre otros temas.