¿Qué sería de una biblioteca sin libros? Una linda estantería, una catedral vacía, sin pasado ni memoria. Parece absurdo preguntarse por una biblioteca sin libros, pero no lo es tanto, ya que formar y enriquecer una biblioteca no es siempre una tarea fácil. La [!N:www.bibliotecanacional.cl Biblioteca Nacional] ha sido la depositaria de todo lo que se publica en el país desde 1813. Gracias a sus colecciones conocemos nuestro pasado, podemos ver libros que se publicaron hace cien años, folletos o revistas escritas por algún autor de nuestro interés, así como innumerables y variados otros tesoros. Pero para conservar este valioso patrimonio no existen trucos de magia: se necesita la voluntad y cooperación de todos los productores de registros culturales. Y hoy no se trata sólo de libros: también se deben resguardar las obras audiovisuales y toda producción intelectual generada en la nación. Desde 1825, todo este material debe depositarse por obligación en la Biblioteca Nacional y actualmente nos rige la ley 19.733 del año 2001. Si es un libro, o cualquier otro impreso, la imprenta debe enviar 15 ejemplares al Depósito; si es una obra electrónica o audiovisual, la productora debe enviar dos copias. Así se asegura la conservación y acceso de la ciudadanía estas creaciones. [!b:Visitación de Imprentas] es la sección de la Biblioteca Nacional encargada de hacer cumplir esta ley. Y su labor es ardua, porque no todos están informados o conscientes de la importancia de esta norma. "Nuestra sección es el motor de la biblioteca, si no existiera el depósito no habría biblioteca. Todos los días hay obras que cobrar", explica Mercedes Rojo, una de las tres personas que trabajan en Visitación de Imprentas. Por su parte, su colega José Apablaza añade que los más difíciles de convencer son los canales de televisión. "éstos siempre se han negado a facilitar los programas que producen, pues ellos tienen sus propios archivos, y hacen caso omiso de la ley", aclara. Las que sí colaboran son las productoras, que entregan sus programas de televisión y películas. Esto gracias a que desde el 2001 se ha puesto mayor énfasis en la recolección del patrimonio audiovisual, dándose a conocer la ley entre cineastas y productores, con muy buenos resultados. Además "los creadores se sienten orgullosos de que su obra esté guardada aquí", apunta Mercedes Rojo. Sin embargo, los mayores problemas se generan por el desconocimiento de esta normativa en pequeñas imprentas, que sacan libros de escaso tiraje. También las universidades son difíciles de pesquisar, dado el alto número de publicaciones que generan: "Tendríamos que tener un ejército de enanos para salir a visitar las universidades", dice Apablaza, entre risueño y resignado. A su vez los libros de arte, por su alto precio, son reacios a caer en el depósito, pero finalmente en la sección se las arreglan para obtener sus 15 ejemplares. "Hay quienes dicen que 15 ejemplares es mucho, pero la verdad es que se hace poco, si pensamos que hay 415 bibliotecas públicas en el país". Es por eso que el mayor desafío es difundir la existencia de esta ley y hacer comprender a todos los involucrados sobre su valor para la conservación de nuestro patrimonio. Para lograrlo, parte del equipo de Visitación de Imprentas sale tres o cuatro veces por año a provincia a conversar con escritores, músicos y productores. Así, día a día persiguen a la memoria, conscientes de que los que vendrán mañana les agradecerán haber conservado las publicaciones de hoy, tal como nosotros agradecemos a aquellos que rescataron de la dispersión y el olvido los libros de ayer. Si necesita más información sobre [!b:Depósito Legal] comuníquese al teléfono: (56-2) 360 5322 o al correo electrónico [!m:correo deposito.legal@bndechile.cl]. En regiones diríjase a las coordinaciones de bibliotecas publicas. Extracto de la [!i:www.dibam.cl/biblioteca_nacional/pdf/extracto_ley_prensa.pdf ley 19.733] sobre depósito legal.