Valiosas piezas de cestería yagán confeccionadas por la artesana Daniela Gallardo Navarro serán exhibidas en el Museo Nacional de Antropología de Madrid, España, con motivo del ciclo de exposiciones "Démosle la vuelta al mundo" que se enmarcan en la conmemoración del V Centenario de la primera circunnavegación de la Tierra.

La piezas serán parte de la muestra denominada "El Estrecho de Magallanes: la frontera del agua", cuya apertura está contemplada para el 29 de octubre de 2020, y que se mantendrá en exhibición en el museo madrileño hasta febrero de 2021.

La Cestería Yagán es un conocimiento y práctica ancestral que forma parte de un proceso de revitalización cultural de la identidad del pueblo yagán en la actualidad. Es reconocida como artesanía y contempla diseños tradicionales e innovaciones. Se considera como una actividad catalizadora de tradiciones y expresiones orales y de los usos sociales en el territorio, por lo que forma parte del Inventario de Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile desde el 25 de abril de 2019.

Es una tradición que logró persistir a las profundas y violentas transformaciones que ha vivido este pueblo. Su materia prima es el junco que es recolectado en la turba, actividad que representa una costumbre familiar en la que participan niños y niñas.

Se teje para recordar las personas que ya no están, para recordar los lugares donde transcurrió la infancia y para no perder identidad y riqueza cultural. Esta práctica es parte de la identidad del pueblo yagán y expresión de su presencia y persistencia en el territorio.

Daniela Gallardo Navarro, cultora de la cestería yagán

Las piezas que se exhibirán en España fueron confeccionadas por la artesana yagán Daniela Gallardo Navarro, cultora de la tradición de la cestería con junco y presidenta de la Comunidad Indígena Yagán Lom Sapakuta de Punta Arenas, en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena.

"A principio de este año, fui invitada a participar de la exposición en Madrid. Acepté. Entonces no imaginaba que enfrentaríamos una pandemia que me impediría viajar y participar de conversatorios, exposiciones y charlas. Sin embargo, a pesar de las restricciones, mi presencia se concretará a través del envío de dos piezas de cestería que llevan el mensaje de que pertenezco a un pueblo vivo, una cultura milenaria que ha resistido múltiples embates desde la colonización hasta nuestros días. Con ellas quiero expresar también que este quinto centenario de la circunvalación del planeta no es motivo de celebración para mí, es una ocasión para reafirmar un compromiso con la revitalización y persistencia de mi cultura en nuestro territorio", afirmó Daniela Gallardo.

Para la elaboración de los cestos usó como referencia las piezas de la Colección Martin Gusinde, las cuales fueron colectadas en las diferentes expediciones realizadas por el sacerdote y antropólogo alemán durante los años 1918 y 1924. Esta colección se encontraba desde el año 1995 en el Museo Nacional de Historia Natura hasta que en febrero del presente año fue restituida al Museo Antropológico Martin Gusinde de Puerto Williams. Fue en el tránsito de las piezas que Daniela pudo acceder a ver los cestos y con ello iniciar un proceso de autoformación, solicitando acceso a la colección de cestería del Museo Regional de Magallanes de manera presencial y de manera virtual a la colección del Museo Antropológico Martin Gusinde de Puerto Williams.

"Valoro haber tenido acceso a las piezas de la colección Gusinde, que son parte de una iniciativa de restitución del patrimonio indígena a sus comunidades, asumido por la actual ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Gracias a una gestión regional, las pudimos conocer; observarlas de cerca, apreciar sus formas y la belleza de los puntos, antes que llegaran a su destino final en el Museo Antropológico Martín Gusinde en Puerto Williams", explicó la artesana.

Fue un trabajo sistemático y dialogante entre distintas instituciones pertenecientes al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, como son los museos ya mencionados además de la Subdirección de Patrimonio Cultural Inmaterial y la Subdirección de Pueblos Originarios.

Todo este proceso permitió a esta cultora acceder a un patrimonio que le pertenece y al que tiene derecho con el fin de revitalizarlo y transmitirlo a los integrantes de su comunidad, a sus hijos e hijas y a las generaciones del futuro.