En cuanto el calendario marca los primeros días de diciembre, el protagonista indiscutido de la mesa navideña, hace acto de presencia en el comercio y en los hogares chilenos: el pan de pascua. Esta preparación de masa dulce, densa, con frutas confitadas, frutos secos y un aroma especiado tan característico, conlleva una cuidadosa preparación, lo que dificulta su elaboración en el entorno doméstico, por lo que generalmente se adquiere en panaderías o supermercados.

Si bien su origen es europeo, no se sabe con certeza si este maravilloso pan está emparentado con el Panettone o el Pandoro  italiano, el plum pudding inglés o el Stollen alemán.

El Pandoro es un pan dulce con una forma característica de ocho puntas que se decoran con azúcar impalpable y recuerdan las cumbres de las montañas nevadas en invierno.

El Panettone en cambio, es una masa de levadura, similar al brioche, aireada y anisada, cuyas frutas confitadas, rojas y verdes recuerdan la independencia de Italia.

El plum pudding o pudín de navidad, postre tradicional de la gastronomía inglesa, húmedo, de masa oscura producto de la melaza, está lleno de frutos secos, manteca y alcohol (brandy o cerveza) y su  intenso sabor suele acompañarse de licor y natillas.

El Stollen o Christstollen, en cambio, es un pan dulce de origen alemán relleno con mazapán, frutos secos y completamente cubierto de azúcar en polvo; sus colores y formas recuerdan a un niño recién nacido llevando pañales.

Si bien existen similitudes entre los ingredientes de estas preparaciones, el pan de pascua en cierta medida toma un poco de cada tradición en una amalgama de sabores y texturas que se distingue por una masa a la que se agregan más especias, como la canela, clavos de olor y nuez moscada, además de miel de abeja que otorga consistencia, dulzor y un característico color marrón, frutos confitados de diversos colores, frutos secos que suelen ser pasas, nueces y almendras, una superficie lustrosa y húmeda y un interior más compacto que migoso. 

Tradicionalmente, se acompaña con Cola de mono.

Aunque su nombre puede parecer curioso para quien nunca lo ha bebido, el cola de mono es un brebaje  tan presente en las fiestas de fin de año como el pan de pascua, aunque su consumo está restringido solamente a los adultos, dado su alto grado alcohólico que alcanza los 14°. Se elabora de forma casera, artesanal e industrial, pero sus ingredientes no suelen variar debido a lo arraigado que está su sabor en la cultura nacional

Se prepara con leche, café, azúcar, especias (clavo de olor, nuez moscada y vainilla) y se adiciona aguardiente, para luego filtrar y refrigerar, para consumir bien frío.

Su original nombre tiene más de una historia detrás. 

Hay quienes aseguran que se debe a que hace unos años atrás, se utilizaban las botellas de Anís del Mono para envasar Cola de mono. Esta es una marca registrada de licor con origen en Barcelona, España, que hasta nuestros días  lleva en su etiqueta un simio de cola larga con una botella en la mano.

Otros, relacionan el nombre con el presidente Pedro Montt (1906-1910), quien fue derrotado  en su candidatura frente a Germán Riesco (1901-1906), y “la cola de Montt”, es decir la frustración ante esta pérdida, se habría celebrado por sus contrincantes en una fábrica de helados, donde les agregaron aguardiente a los helados de café derretidos.

Además de esta historia, existe otra que cuenta que el Presidente Montt portaba siempre un revólver de la marca Colt; estando en una comida, pide su arma con la finalidad de retirarse, pero la dueña de casa, para evitar que se marchara tan pronto, le sirve un ponche en leche con aguardiente y café, alargando la estadía del mandatario. Según este relato entonces, el concepto “cola de mono”, proviene de “Colt de Montt”.

Sea cual sea el origen de esta bebida, ha trascendido en la historia  y este año, como otros, vuelve en todo su esplendor a las mesas chilenas.

Te contaremos ahora la historia de dos bebidas de tradición campesina y sureña: el rompón y el ponche de palos y ponche de culén.

Escrito como rompón o ron pón, esta preparación clásica de Chiloé, se elabora con leche, huevos, especias (clavos de olor y canela) y se adiciona aguardiente. El resultado final es una bebida de color amarillo claro, cremosa y dulce, que en esa zona suele reemplazar el Cola de Mono de la Zona Central.

Dado que contiene la palabra “ron” en su denominación, se especula que originalmente habría estado compuesto de ron en lugar de aguardiente y que proviene de los ponches de huevo o eggnog elaborados en Europa a partir de la Edad Media con diversos licores, como el brandy o el whisky, siendo el huevo el ingrediente que otorga la característica cremosa y el apetecible tono dorado. También estaría emparentado con el rompope de Norte y Centroamérica.

Esta preparación habría llegado con las congregaciones religiosas al Archipiélago de Chiloé, desde donde se popularizó y cambió el ron por el aguardiente, que se produce en diversas partes del territorio nacional, a diferencia del ron, que normalmente se importa desde el Caribe.

En la tradición del campo chileno y la precordillera, se elabora un ponche muy especial que no ha salido del ámbito doméstico al comercial, y que con el paso de los años, en muchos sectores ha ido desapareciendo. En las Vegas y ferias libres de la Zona Central, al llegar la Navidad, se comercializan palitos de madera de membrillo y guindo, del grosor de un lápiz, o bien de un arbusto endémico de América que crece en la cercanía de cursos de agua, llamado culén, wallwa o hierba de San Agustín.

Con los palitos de estas plantas, despojados de su capa externa, generalmente troceados, hervidos con azúcar, canela y clavos de olor, se hace una decocción de color similar al té (más verdosa en el caso del culén) que se acompaña de aguardiente y se sirve también muy frío.

Las cualidades refrescantes, digestivas y el agradable sabor de esta preparación, lo hacen ideal para acompañar las copiosas comidas de fin de año, en especial el ponche de culén, que tiene propiedades medicinales entre las que se encuentran el tratamiento de la diabetes y el malestar estomacal.

Se propone que este tipo de ponches, habría surgido del punch inglés, que a su vez proviene del panch (N° 5 en hindi), bebida de la India elaborada con 5 ingredientes (té, agua, azúcar, limón y alcohol)  que los marinos de la Compañía de las Indias Orientales difundieron en Europa.

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