Proyecto conjunto busca conservar, digitalizar y visibilizar sismogramas históricos de Chile
Chile es uno de los países más sísmicos del mundo, con una larga historia de terremotos y tsunamis que han marcado su territorio. Estos eventos subrayan la importancia del análisis sísmico y la necesidad de registrar y preservar la información para futuras generaciones.
A través de una alianza estratégica que comenzó en 2019, el Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR), la Biblioteca Nacional de Chile (BN) y el Centro Sismológico Nacional (CSN) trabajan en un proyecto de conservación y digitalización de sismogramas históricos que busca rescatar este valioso material y ponerlo a disposición de la ciudadanía.
“Cada generación humana en Chile se ve expuesta al menos a dos o tres grandes terremotos, algunos de ellos con consecuentes tsunamis significativos. Como estos eventos se originan en profundidad -sin acceso directo a la fuente sísmica- los registros instrumentales proporcionan una información valiosísima para comprender, no solamente el proceso de generación de ellos, sino que también establecer los niveles de movimiento del suelo, esenciales para el desarrollo de infraestructura sismo-resistente. No se puede avanzar en el conocimiento sobre terremotos sin contar con registros instrumentales”, explicó Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile.
Los sismogramas, que documentan la actividad sísmica, son vitales para comprender la dinámica de los terremotos y su impacto. En Chile, estos registros son particularmente valiosos para la investigación y la gestión de riesgos sísmicos. Sin embargo, muchos de estos documentos han sufrido daños debido a su manejo y almacenamiento inadecuados.
“El esfuerzo del CNCR representa un hito significativo, ya que por primera vez se ha intervenido este tipo de documentos, fomentando además la colaboración transdisciplinaria entre varias unidades del CNCR, bajo el liderazgo de la Unidad de Patrimonio Gráfico y Documental, para así cumplir con nuestra misión de contribuir a la protección, recuperación y valoración del patrimonio, que es un deber que tenemos con las futuras generaciones”, señaló Angela Benavente Covarrubias, directora (s) del CNCR.
Claudia Pradenas, jefa de la Unidad de Patrimonio Gráfico y Documental, describe el proceso de conservación: “Nos centramos en estabilizar los soportes de papel y rescatar su valor documental e histórico. Esto implicó la limpieza superficial, reparación de rasgaduras, aplicación de injertos y restauración de planos, además de la elaboración de contenedores adecuados para su almacenamiento. Hemos decidido respetar las marcas del tiempo, ya que forman parte de la historia de estos documentos únicos.”
Una vez completada la conservación y restauración de los registros históricos proporcionados por el CSN y trabajados por el CNCR, la Biblioteca Nacional (BN) se encarga de digitalizarlos y ponerlos a disposición del público en su sitio web: www.bibliotecanacionaldigital.cl.
"Poner estos documentos a disposición pública a través de la Biblioteca Nacional Digital contribuye a dos objetivos fundamentales para nuestra institución: la democratización del conocimiento, pues cualquier persona puede acceder a estas valiosas fuentes de información, incluso sin ser experto o investigador; y la descentralización, ya que los archivos quedan disponibles para la visualización y descarga desde cualquier punto del país y del mundo", señaló Soledad Abarca, directora de la Biblioteca Nacional.
Recientemente, se digitalizaron 25 registros de terremotos significativos, como los de Tierra del Fuego (1949), Calama (1950), Taltal (1960) e Illapel (1971). Estos están disponibles en el sitio web de la Biblioteca Nacional Digital.
En 2021, el CNCR recibió 48 sismogramas para tratamientos de conservación: 23 del terremoto de Valdivia de 1960, 10 del terremoto de Punta Arenas de 1949, 5 del terremoto de Calama de 1950, 5 del terremoto de Taltal de 1966 y 5 del sismo de La Ligua de 1971.
“Esa primera experiencia dejó varias lecciones. Si en 2021 el grosor y la ondulación de los sismogramas sobre papel ahumado le presentaron varios desafíos al Laboratorio de Digitalización de la Biblioteca Nacional, para el segundo conjunto de documentos que fueron digitalizados en 2024 esos aspectos ya estaban previstos y resueltos, por lo que la captura de imágenes se realizó con rapidez", explicó Roberto Aguirre, jefe de Colecciones Especiales y Digitales de la Biblioteca Nacional.
Los sismogramas presentaban deterioros diversos debido al paso del tiempo y a una manipulación y almacenamiento inadecuados. El CNCR desarrolló un plan de tratamiento en el que participaron varios equipos, quienes decidieron la metodología y los objetivos de conservación.
Las intervenciones incluyeron la estabilización de los soportes, limpieza superficial, uniones de rasgados, injertos y aplanamientos, además de la confección de carpetas y cajas de conservación específicas para cada sismograma y terremoto. El proceso de digitalización involucró el escaneo de los 48 sismogramas mencionados, asegurando su preservación y accesibilidad.
Entre las decisiones del tratamiento, se determinó clasificar los registros por terremoto y se realizaron los estudios de imagenología siguiendo los protocolos de la Unidad de Documentación Visual e Imagenología.
Este proyecto colaborativo entre el CNCR, la BN y el CSN representa una importante contribución a la preservación de la memoria sísmica de Chile. Se espera que en el futuro se incorporen más sismogramas digitalizados a la colección de la Biblioteca Nacional, beneficiando a investigadores, educadores y al público en general, interesados en la historia sísmica de Chile.