Puente Confluencia es declarado Monumento Nacional
Los habitantes de las comunas de Chillán, Portezuelo, Coelemu, Ñipas y Ránquil ya pueden decir con orgullo que la campaña que iniciaron en 2015 para evitar la demolición del puente Confluencia, culminó de la mejor forma: con la declaración del viaducto como Monumento Histórico en la categoría de Monumento Nacional.
El Consejo de Monumentos Nacionales aprobó la declaratoria de monumento el 23 de marzo de este año, tras la solicitud presentada por los alcaldes de Chillán, Sergio Zarzar y de Portezuelo, René Schuffeneger, y desde la comunidad local por la Agrupación Cultural Puente Confluencia y la Unidad de Patrimonio de Chillán. Tras la determinación, la solicitud de declaratoria fue remitida al Ministerio de Educación, para la dictación del decreto que lo declara formalmente como Monumento Nacional.
El antiguo puente de madera cuya data es imprecisa, aunque se cree que es cercana a 1910, es uno de los más antiguos y extensos en su tipo que se conserva en funcionamiento hasta hoy en Chile. La estructura, de 521 metros de longitud, está conformada por dos estribos de hormigón armado con muros frontales y laterales, y 26 cepas de cuatro tipos diferentes, en la cual las más antiguas son estructuras tipo marco con 2 pilares inclinados y viga cabezal.
Según consigna el decreto publicado en el Diario Oficial, la declaración del puente Confluencia como Monumento Nacional reconoció los siguientes valores:
• El puente es parte del sistema integral que conforman el ramal ferroviario entre Chillán y Tomé y los puentes carreteros que cruzaban los ríos Ñuble e Itata, mediante los cuales se lograba mayor conexión entre localidades del interior de los valles y el ferrocarril, para llevar los productos agrícolas a los puertos.
• Se encuentra fuertemente asociado al desarrollo vitivinícola del valle del Itata, uno de los más relevantes para el país de esta actividad agrícola.
• En términos sociales, la comunidad lo reconoce como su principal espacio de identidad y pertenencia, en tanto es la única construcción que ha acompañado hasta el día de hoy la historia del poblado, siendo escenario privilegiado de la vida familiar y social de todos sus habitantes.
• Está inscrito en la historia y en la memoria de la comunidad aledaña como un lugar de violación de los derechos humanos, siendo el asesinato del Sr. Orlando Riffo, Dirigente Vecinal, ocurrido en 1973, el caso más emblemático, consignado por el Informe Rettig.