Se vienen miles de e-books
Que los libros en formato electrónico o e-books sean ya una realidad en todo el mundo, es innegable. "Para allá va la micro", dicen los más antiguos, y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos no se ha quedado atrás. Memoria Chilena, por ejemplo, ofrece desde 2003 el servicio digital con más de 76 mil documentos publicados (3 mil 300 son libros en línea).
Ahora, el Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas (SNBP), a través de la unidad de Fomento Lector a cargo de Florencia García, trabaja a toda máquina para, en enero próximo, poner a disposición de sus usuarios más de 3 mil títulos de obras clásicas y autores nacionales transferidos a la moderna aplicación. Será un catálogo que, de acuerdo a las previsiones, irá expandiéndose de acuerdo a la incorporación de nuevos títulos y a la recepción que el proyecto tenga por parte de los usuarios.
"Estamos también licitando un servicio de transformación de libros tradicionales a formato e-pub, que es el más compatible con el dispositivo utilizado para leer los libros digitales", sostiene Florencia García. "Este formato tiene una mejor visualización de los documentos, con más calidad y protegiendo adecuadamente el derecho autoral", dice García.
"A través de esta nueva biblioteca digital podremos ampliar nuestra base de usuarios incorporando a los libros contenidos multimediales como sonido e imágenes en movimiento", agregó la profesional.
"La segunda etapa -añade- consiste en incluir el préstamo de un dispositivo lector para los usuarios que no cuenten con una plataforma como tablet o un computador".
-¿Se están solicitando muchas obras en el nuevo formato?
"Cada vez hay más personas que están comprado libros digitales. Por otra parte, más personas leen textos en formato digital. Un claro ejemplo es el de Roberto Bolaño quien, en 2011 y a través de Memoria Chilena, llegó a las 650 mil páginas vistas de su novela "Putas asesinas".
"El antecedente es que cada vez hay más usuarios que están necesitando tener inmediatamente el libro en sus manos, sin tener que ir a una biblioteca", dice García.
-Ante tal perspectiva, ¿las bibliotecas tradicionales estarían siendo relegadas a un segundo plano por los sistemas de lectura digital?
"Las bibliotecas públicas (que son diferentes a las bibliotecas académicas o patrimoniales, como la Biblioteca Nacional), no solamente tienen un cambio en el formato del libro, sino que también una nueva forma de prestar sus servicios transformándose en centros de encuentros y palabras orales y escritas en variados formatos. Las bibliotecas públicas deben fomentar la existencia de muchas lecturas en distintos soportes", comenta.
"Este es un proyecto piloto y puede ser que, en un mes, la demanda sea tan alta, que nos veamos obligados a comprar muchos más libros digitales. Este es sólo un punto de partida. Todas las bibliotecas públicas deberían estar explorando el formato digital al margen de que se esté ocupando con el ímpetu que quisiéramos", finaliza.
Mientras las bibliotecas públicas siguen hoy, mayoritariamente, trabajando con libros en papel, el rápido avance de los préstamos de libros digitales hace pensar en el fin del centenario sistema tradicional de bibliotecas. Sin embargo, en opinión de los bibliotecólogos, el nuevo fenómeno digital no ha restado usuarios al sistema tradicional y, por el contrario, ha sido positivo en el fomento lector.