Subsecretario del Patrimonio participa en los 400 años de la Iglesia San Francisco
El 23 de septiembre se cumplieron 400 años desde el término de la construcción del Templo San Francisco de la Alameda, una de las pocas obras arquitectónicas coloniales que sigue en pie hasta nuestros días y declarado monumento nacional en la categoría de monumento histórico el 6 de julio de 1951.
El subsecretario del Patrimonio Cultural Emilio de la Cerda participó de un acto cultural organizado por la Orden franciscana para celebrar el aniversario de este monumento, donde se presentó un video y charla de su historia, un concierto de campanas interpretado por el musicólogo Eduardo Sato y una intervención musical del Coro Vita et música.
En la oportunidad, la autoridad entregó en nombre del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, una medalla conmemorativa por el aniversario y se refirió a la relevancia del templo: “Hoy celebramos los 400 años de la Iglesia de San Francisco de Santiago. Se trata del conjunto colonial más antiguo de Chile, fruto del profundo mestizaje de nuestra cultura y que sigue cumpliendo su importante rol social”.
Asimismo destacó que “San Francisco no sólo es un lugar que nos permite comprender de manera directa el devenir de nuestra historia a lo largo de cuatro siglos, sino que nos entrega luces para enfrentar el futuro. Lo anterior, ya que aun cuando el sedimento de la historia instale la idea de un pasado fijo, la realidad de los hechos es que el conjunto que llega a nuestros días es fruto de una serie de cambios, de nuevos comienzos, de adaptaciones a las condiciones cambiantes de las distintas épocas por las que ha transitado el templo, así como de los embates naturales y cambios urbanos a los que se ha visto sometido”.
Además, el subsecretario relevó otros aspectos que nos deja la evolución de este monumento. Entre 1913 y 1921, motivado por la estrechez económica y presiones de desarrollo urbano, gran parte de este conjunto se demuele para dar paso al actual barrio París Londres. “Esta pérdida, muy en línea con otras transformaciones urbanas realizadas durante el siglo XX en otros enclaves religiosos de Santiago y el continente también puede hacernos reflexionar respecto a cómo intervenir hoy el patrimonio, dado que el nuevo barrio que reemplaza el conjunto patrimonial tuvo la capacidad de construir un espacio urbano de enorme calidad, protegido a la vez hoy como Monumento Nacional bajo la categoría de Zona Típica, demostrando que toda obra nueva que se emprende en el espacio de la ciudad tiene el deber ético de sumar valor y construir patrimonio futuro”.
La actividad finalizó con la firma de un convenio de colaboración y amistad entre la Corporación Patrimonio Cultural de Chile y la Orden Franciscana para recuperar la torre de la Iglesia y reparar el lucernario y el reloj. Para ello se impulsará una alianza público-privada, en diálogo con el Estado.